Nearshoring o las ventajas de producir cerca

La conectividad entre países es cada vez más sencilla y estrecha gracias a la digitalización y a la globalización. Los mercados se han interconectado debido a los avances en el transporte y a la reducción de los tiempos de entrega. Mientras los productos llegan más lejos, numerosas empresas tienden a mantener su producción cada vez más próxima a sus clientes finales.

¿Qué es el nearshoring?

El nearshoring consiste en externalizar parte de los servicios de una empresa a otras compañías de países extranjeros cercanos o vecinos o acercar la producción al territorio de consumo. Se trata de ubicaciones en destinos próximos y con un huso horario similar, lo que facilita la comunicación y rápidas respuestas y traslados. Es una fórmula que busca disminuir costos sin alejarse del mercado original de las compañías y no debe confundirse con el offshoring, en que la producción se lleva a países remotos a fin de abaratar procesos y se sacrifica la cercanía.

Uno de los objetivos principales de ubicar servicios en países limítrofes es mantener una comunicación fluida con los equipos de trabajo. Al estar más cerca del destino final de los productos, las empresas consiguen una cadena de suministro más corta y resiliente.

Cambiar la deslocalización por el nearshoring puede ser beneficioso cuando existen acuerdos comerciales con países cercanos. Además de reducir costos de transporte, las aduanas funcionan de forma más fluida y las mercaderías se trasladan de manera eficiente. Adoptar esta estrategia y acercar los centros de producción sin renunciar al comercio exterior acorta los tiempos de entrega e impulsa la competitividad.

De la deslocalización industrial a la desglobalización

Tras años en que numerosas empresas trasladaron o subcontrataron sus centros productivos a miles de kilómetros —en particular en países como China, Brasil o India—, la tendencia ha comenzado a invertirse. Las compañías que dejaron las regiones que las vieron nacer viven ahora un regreso a su continente de origen, lo que puede contribuir a un mercado sin tantas dependencias entre polos industriales. Así, el término nearshoring deriva del antaño más extendido offshoring.

Ejemplo: el caso de México

Uno de los países más beneficiados por el nearshoring en los últimos tiempos es México. Empresas de Estados Unidos y Canadá están llevando parte de sus servicios al país azteca, lo que implica beneficios para ambas partes. Por un lado, México recibe más industria y puestos de trabajo cualificados, lo que beneficia a su economía. Igualmente, los clientes del resto de Norteamérica reciben atención al cliente en español e inglés y mantienen una cercanía geográfica que, por lo general, es inferior a cuatro horas de avión.

Las compañías estadounidenses y canadienses que se han establecido en México esgrimen la reducción de costos, el talento y la falta de equipo necesario como los principales motivos para el traslado de ciertas de sus actividades. Según el Gobierno de México, en 2022 se captaron más de 35 mil millones de dólares en inversión extranjera directa, un 12% más que en 2021. Simultáneamente, México está recibiendo inversiones de empresas chinas que buscan reducir costos acercando su producción al mercado americano.

Nearshoring y reshoring

El acercamiento de la producción se ha hecho más notorio después de la pandemia de COVID-19 y se conoce bajo dos modalidades. En el nearshoring la empresa decide producir cerca de su ubicación desde sus orígenes. No obstante, si se parte de una producción lejana u offshoring en otro continente y esta se trae de vuelta a la zona donde estaba el mercado primigeniamente, se habla de reshoring o backshoring.

Por lo general, a las empresas les resulta más económico llevar la producción a países lejanos en vías de desarrollo, pero también puede suponer una pérdida de control debido a la distancia. Es por ello que el nearshoring se está convirtiendo en una opción cada vez más popular.

Ventajas del nearshoring

Hay distintas razones por las que acercar servicios y procesos a países fronterizos. Estas son algunas de ellas:

• Diversidad de proveedores. Expandirse en las inmediaciones de las fronteras permite ampliar el abanico de proveedores y puede evitar futuros problemas en la cadena de suministro. Además, el contacto con ellos es más frecuente.
• Reducción de los tiempos y costos de transporte. Al ubicarse la central y las empresas subcontratadas en la misma zona geográfica, las entregas se llevan a cabo en menor tiempo y de forma más económica. También supone una ventaja medioambiental, ya que fomenta el uso de medios de transporte menos contaminantes.
• Mayor conocimiento del mercado. Cuanto menores sean la distancia y las diferencias culturales, más fácil será ajustar la oferta a la demanda y cambiar de estrategia.
• Mejor control del entorno legal. Las normativas laborales y mercantiles de los países cercanos se asemejan más, lo que evita ciertos contratiempos en la expansión internacional.
• Acceso a más talento. Países afectados por falta de mano de obra pueden encontrar trabajadores fuera. Además, la implantación de múltiples empresas extranjeras en algunas regiones da lugar al surgimiento de clústeres sectoriales y ayuda a crear fuerzas laborales capacitadas.
• Huso horario igual o similar. La organización y gestión de actividades es más fácil dado que la fábrica dispone del mismo horario que el mercado local. Esto abre la puerta a mantener llamadas telefónicas o incluso reuniones a lo largo de la jornada, facilitando la comunicación entre todas las partes.

Antes de dar el paso de externalizar parte de la producción a un país extranjero cercano, es conveniente ejercer un control exhaustivo de los recursos ubicados en el de origen. Un sistema de gestión combinado con depósitos automatizados pueden optimizar la logística de una empresa y prepararla para dar el salto al extranjero.

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